Los Consejos de Administración de las grandes empresas estadounidenses necesitan pisar el acelerador de la transformación para poder afrontar la sucesión de disrupciones y los retos a los que se enfrentan sus compañías. Esta es una de las principales conclusiones que se desprende de la ‘Annual Corporate Directors Survey 2024’, elaborada por PwC, a partir de la opinión de 527 consejeros de compañías cotizadas de EE.UU y que, cada año, adelanta las grandes tendencias en gobierno corporativo.
El informe de 2024 revela que la velocidad de los cambios que afrontan las compañías exige que sus consejos evolucionen también con celeridad para poder acometer los principales desafíos a los que se enfrenta, como el impacto de la Inteligencia Artificial, la polarización política o el auge de las cuestiones medioambientales.
En relación con la Inteligencia Artificial, siete de cada diez consejeros entrevistados creen que sus equipos directivos cuentan con los conocimientos adecuados para desarrollar la estrategia de IA. Sin embargo, solo la mitad asegura recibir suficiente información sobre cómo la compañía gestiona los riesgos asociados a esta tecnología. El estudio señala, además, que en muchas ocasiones los consejeros encuentran difícil supervisar áreas que no entienden o en las que no tienen experiencia, y en donde el aumento de la regulación y la preocupación por el uso responsable de la IA hace cada vez más necesario que reciban una formación específica.
El documento muestra, por un lado, que la composición de los consejos en EE.UU. no ha variado de forma relevante en los últimos años y que, en términos generales, sus integrantes se muestran reticentes a incorporar nuevas áreas de especialización. De hecho, los conocimientos financieros (35%) y sectoriales (34%) van a seguir siendo los más demandados por los consejos de las empresas estadounidenses y, llama la atención que de cara al próximo año, solo el 10% de los entrevistados espera incorporar capacidades de IA o relacionadas con la sostenibilidad y el medioambiente.
Pero el informe también apunta a que los propios consejeros son conscientes de esa necesidad de cambio y de renovación: el 49% de los entrevistados cree que se debería sustituir a alguno de sus compañeros de consejo y el 25% cree que esta renovación debería de afectar a dos o más de ellos. Además, la mayoría de los consejeros reconocen los beneficios derivados de la diversidad y destacan la aportación de puntos de vista diferentes (75%), el refuerzo de la cultura (75%) y la mejora del desempeño general del consejo (68%).
Entre las razones para esta falta de dinamismo en la renovación en estos órganos colegiados de las compañías se encuentra el corporativismo y las relaciones personales entre sus integrantes, el tiempo necesario para realizar un relevo o la reticencia para abordar conversaciones o debates difíciles en el seno de los consejos.
El informe muestra como en los últimos años es creciente el número de Consejos de Administración de empresas estadounidenses que presta cada vez menos atención a las cuestiones relacionadas con la sostenibilidad. Solo el 22% de los encuestados considera que tienen un impacto directo en los resultados de sus compañías. Una situación muy distinta a la que viven las empresas europeas, seguramente como consecuencias del incremento de la regulación y de la mayor preocupación por estos asuntos a este lado del Atlántico. Sin embargo, hay una cuestión que sí puede ser extrapolable, y tiene que ver con que los consejeros no entienden de manera consistente los conceptos relacionados con la sostenibilidad, lo que dificultan la comprensión de los retos que tiene encima de la mesa y complica las conversaciones sobre temas medioambientales, sociales y de gobernanza.
La encuesta recoge que los consejos están tomando cada vez más medidas relacionadas con el llamado activismo accionarial. Crece hasta el 71% el porcentaje de los que afirman que sus consejos han abordado aspectos como la revisión de los modelos retributivos de la alta dirección, el uso de herramientas para monitorizar la evolución del valor y de los cambios en la propiedad de las acciones de la compañía y la contratación de expertos externos para el asesoramiento en materia de activismo. Conocer a aquellos activistas que pueden interactuar con la compañía y anticipar los problemas o asuntos que podrían plantear permite al consejo estar en una mejor posición a la hora de dar respuesta a estos activistas.
“Las tendencias en materia de gobierno corporativo procedentes de Estados Unidos, en muchas ocasiones acaban formando parte de las dinámicas de los Consejos de Administración en España, aunque con las lógicas adaptaciones derivadas de las diferentes culturas o regulaciones. Un ejemplo claro puede ser el distinto tratamiento a los aspectos ESG y al reporting de la información no financiera que se está dando en Estados Unidos, versus los países europeos. En estos últimos, y en España en concreto, la regulación está siendo clara impulsora de un nivel de supervisión mucho más elevado. Otro caso a analizar sería el de las renovaciones y composición de los consejos, donde también los aspectos culturales derivan en velocidades distintas, y donde las evaluaciones del consejo y los planes de acción que surgen de las mismas tienen, por el momento, impactos diferentes en Estados Unidos y en España”.
Fernando Natera, head of External Communication
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