El año 2023 marca la disminución más lenta de la intensidad de carbono en el mundo en más de una década

  • 25/09/24

La tasa media anual de descarbonización requerida para cumplir con el Acuerdo de París ha aumentado hasta el 20,4%.

Desde el 2000, ningún país del G20 ha logrado una tasa de descarbonización superior al 11,5% en un sólo año.

A pesar de un aumento récord del 14% en la capacidad de energías renovables en 2023, el aumento de la demanda de energía llevó a un incremento del 1,5% en el consumo de combustibles fósiles.

En España, las emisiones de CO2 por unidad de PIB se redujeron en 2023 un 7,4% respecto al año anterior.

La intensidad de carbono en el mundo, entendida como emisiones de CO2 por unidad de PIB, se redujo sólo un 1,02% en 2023, la rebaja más pequeña desde el año 2011, según el informe Net Zero Economy Index 2024, elaborado por PwC y que se ha hecho público con motivo a de celebración de la semana del Cambio Climático en Nueva York. Esta cifra muestra un estancamiento preocupante de los esfuerzos por desvincular el crecimiento económico de las emisiones de carbono.

El estudio revela que necesitaremos una tasa de descarbonización media anual de aquí al 2050 del 20,4%, frente al 17,2% del año pasado, si queremos limitar el calentamiento global 1,5ºC respecto a la era pre industrial. Esto significa que el planeta debería descarbonizarse a un ritmo veinte veces más rápido que el año pasado (1,02%). Para poner estos datos en contexto, desde el año 2000 ninguno de los países que integran las veinte economías más desarrolladas del mundo (G-20) ha logrado una tasa de descarbonización superior al 11,5% en un año. El nivel más alto fue alcanzado por Francia en 2014, con un 11,08%.

Superar el incremento de la temperatura del planeta por encima de 1,5ºC se está convirtiendo en un hecho y limitar el calentamiento global a 2ºC -el nivel más bajo de la ambición del Acuerdo de París- también requeriría un gran cambio, y será necesaria una tasa de descarbonización media anual del 6,9%.

España reduce la intensidad de sus emisiones

En 2023, la intensidad de emisiones  de España, entendida como emisiones de CO2 por unidad de PIB, se sitúa en 100 tCO2/$mPIB, muy por debajo de la media mundial de 219 tCO2/$mPIB. Asimismo, respecto al año anterior, esta se redujo un 7,4% en nuestro país, frente al 1,02% a nivel mundial. La intensidad de emisiones en España se encuentra muy alineada con la media de la UE (98 tCO2/$mPIB). Entre los países del G-20, con una intensidad de emisiones mejor que España, se encuentran Francia, Reino Unido e Italia.

“La caída en el consumo de combustibles fósiles, acompañado de un incremento del peso de la producción hidráulica, eólica y solar en el mix, explican la reducción en la intensidad de emisiones en España. Sin embargo, el ritmo de descarbonización requerido para cumplir con el Acuerdo de París y con el PNIEC es aún inferior al requerido".

Pablo Bascones,socio responsable de Sostenibilidad y Cambio Climático en PwC
Net Zero Gráfico

Más capacidad renovable… pero los combustibles fósiles siguen dominando

En su 16º edición, el Net Zero Economy Index analiza el crecimiento económico y las emisiones de CO2 relacionadas con la energía, comparándolos con los objetivos del Acuerdo de París, y evalúa el progreso de las economías para romper el vínculo entre el crecimiento y el aumento de emisiones de carbono.

  • El aumento de la demanda de energía sigue superando el ritmo de adopción de las energías renovables, aumentando el uso de combustibles fósiles. En 2023, la capacidad de las energías renovables alcanzó un récord de 3,870GW, con un aumento del 14%, mientras que el consumo de combustibles fósiles creció un 1,5% hasta 16,007GW. Esto elevó el factor fuel global en un 0,07%, reflejando un ligero incremento en la proporción de combustibles fósiles. Los desafíos económicos como la inflación y las tensiones geopolíticas están complicando la transición hacia fuentes de energía más sostenibles.
  • Las energías renovables se convertirán en la mayor fuente de electricidad en 2025, pero es probable que el aumento previsto de la demanda energética de las economías emergentes, los esfuerzos de adaptación al clima, la electrificación de los sistemas de transporte, la IA y los centros de datos, incrementen el consumo de energía. Si no se mejora la eficiencia energética y la gestión de la demanda, estos factores podrían perjudicar los avances obtenidos con el aumento de las energías renovables al forzar una dependencia continuada de los combustibles fósiles.
  • Reducir la intensidad energética y gestionar más eficazmente la demanda ofrece a las empresas y a los gobiernos la oportunidad de acelerar la acción. Nuestro reciente estudio, realizado en colaboración con el Foro Económico Mundial, revela que la tecnología actual puede permitir al planeta reducir sus necesidades energéticas aproximadamente un 31%, sin reducir la producción económica. Esto podría suponer un ahorro anual de hasta 2 billones de dólares (a los precios actuales de la energía) si se adoptaran medidas a gran escala para finales de esta década.
  • La disparidad en las tasas de descarbonización entre los países desarrollados y en desarrollo en 2023 pone de manifiesto la necesidad de un mayor apoyo financiero para garantizar una transición justa. El año pasado, los países del G7 redujeron su intensidad de carbono en un 5,31%, mientras que los del E7 experimentaron un aumento del 0,04%. Las naciones en rápido proceso de industrialización se enfrentan a grandes  retos sin los recursos de los países más desarrollados.

Net Zero Economy Index 2024

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