El informe Tendencias en el mercado inmobiliario en Europa 2021 presenta un sector en plena transformación. Los efectos de la COVID-19; la capacidad de los gobiernos para combatir la pandemia; la aceleración de tendencias como el teletrabajo, la compras online y la digitalización; los criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobierno y la apuesta por el Net Zero; o el reposicionamiento de los activos, están impulsando un cambio significativo, hasta el punto de conformar un mercado sustancialmente distinto.
El análisis revela el fuerte impacto que han sufrido algunos segmentos de la industria -como el de oficinas, el hotelero o el retail- y cómo éstos podrían empezar a mostrar su obsolescencia, en favor de otros nuevos, muy relacionados con el desarrollo tecnológico, con el residencial, y con ámbitos, hasta ahora, poco reconocidos en el inmobiliario.
Así, los encuestados dan ahora más protagonismo a activos relacionados con la digitalización -como los centros de datos, logísticos, o las torres de telecomunicaciones-; y también al sector residencial -vivienda en alquiler, asequible y social-.
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El 44% de los entrevistados cree que el retorno de sus inversiones va a disminuir en 2021. Una cifra de la que se deduce que la precaución es la actitud predominante en un sector que, a pesar de todo, sigue siendo atractivo para la inversión.
El 69% de los encuestados espera que la abundancia de liquidez en el mercado se mantenga, o incluso crezca, durante este año, aunque, como las economías, está en pausa. Seguimos estando ante un mercado comprador. Una muestra es que al 53% de los participantes en el informe les preocupa la falta de activos prime o de calidad en los que invertir, y que el 55% se declare comprador neto en el conjunto de 2021.
La globalización ha sido el constante telón de fondo para el sector durante la última década, llevando pareja la expectativa de altos y crecientes niveles de inversión transfronteriza. Sin embargo, a raíz de la pandemia, las restricciones de la movilidad y el mejor conocimiento de los entornos más cercanos provocan que el 40% de los encuestados se muestren preocupados por la desglobalización.
El 80% de los entrevistados asegura que la pandemia ha acelerado el uso de la tecnología. Tendencias que ya se preveían en años anteriores - teletrabajo, compras online y digitalización-, golpean ahora el corazón de la industria hasta conformar un sector sustancialmente distinto, lleno de desafíos y oportunidades.
Mientras que algunos encuestados esperan que trabajar desde casa reduzca la demanda de espacio de oficinas, otros creen que aumentará en ciertas áreas, incluso a largo plazo, si se tiene en cuenta el incremento de espacio por empleado ante un distanciamiento social permanente.
Nueve de cada diez entrevistados asegura que cuestiones como la eficiencia energética, la reducción de emisiones y el cambio climático van a ganar importancia en sus carteras de activos. Muchos de los encuestados señalan a la pandemia como causante de un renovado interés en temas sociales, medioambientales y de gobierno. Algo que les lleva, por ejemplo, a centrar su atención en cómo mejorar la sostenibilidad de los activos minoristas y de oficina cuando se reutilizan.
¿Cuáles son las características más citadas por los inversores a la hora de seleccionar una ciudad? Destacan la conectividad del transporte, la actividad económica, el tamaño y la conectividad digital.
El informe incluye, un año más, su ranking con las perspectivas de inversión en treinta y una grandes capitales europeas. Berlín#1 acapara la atención de los inversores -gracias a la estabilidad de su mercado de oficinas y el menor impacto inicial de la pandemia en la economía alemana-. Le siguen Londres#2 -a pesar del Brexit- y París#3, lo que demuestra el atractivo que todavía despiertan dos de los mercados más líquidos del inmobiliario europeo. En cuanto a España, Madrid y Barcelona se sitúan en la octava y en la decimotercera posición, respectivamente.
“La pandemia ha acelerado tendencias que ya veníamos viendo en el sector, como la digitalización y la construcción sostenible, y los fondos europeos son una oportunidad única para dar un paso adelante y transformar definitivamente la industria. Una ocasión que no deberíamos desaprovechar”.