El sector financiero se encuentra inmerso en una gran transformación, acelerada por la pandemia. Los pagos electrónicos se encuentran en el centro de esta metamorfosis, dado el papel clave de la digitalización en la vida financiera de una gran parte de la población mundial.
Cada vez se realizan más pagos electrónicos y la inclusión financiera es ahora una de las prioridades del sector. Y es que este tipo de pagos se han convertido en un factor importante para potenciar la innovación e impulsar el desarrollo digital de muchos países al tiempo que aportan estabilidad a sus economías.
Nuestro informe Payments 2025 & Beyond es el primero de una serie de estudios sobre el futuro del sector financiero. En estas ocasión, el documento se centra en los medios de pago, e identifica seis grandes tendencias que tendrán que tener en cuenta los distintos actores de la industria para afrontar el futuro.
¿Dónde estamos?
Mensajes de texto, códigos QR o teléfonos móviles son medios de pago que, incluso antes de la COVID-19, evidenciaban ya el cambio hacia las transacciones digitales. Una tendencia que podría llegar a desembocar, en última instancia, en una sociedad global sin efectivo.
Nuestro informe prevé que en 2030, los pagos electrónicos prácticamente se tripliquen en el mundo, hasta superar tres billones de operaciones. Según nuestras estimaciones, entre 2020 y 2025 las transacciones electrónicas crecerán un 82%, pasando de un billón a 1,8 billones de operaciones. Y entre 2025 y 2030, este crecimiento será del 61%, hasta superar los tres billones de transacciones en todo el mundo.
Por áreas geográficas, Asia-Pacífico será la región que liderará este crecimiento, con incrementos del 109%, hasta 2025, y del 76%, entre 2025 y 2030, seguida de África (78%/64) y de Europa (64%/39%). Estados Unidos y Canadá será la región donde el aumento será más moderado (43%/35%).