La sostenibilidad es uno de los grandes desafíos del mundo de los negocios. La creciente importancia de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas a reconsiderar sus estrategias. Algo que sucede ahora tras el anuncio de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, de imponer aranceles comerciales y reducir –o eliminar- la ayuda militar a Ucrania, lo que puede debilitar al Viejo Continente.
Esta situación ha espoleado a la Comisión Europea que, siguiendo los consejos de los informes del profesor Enrico Letta y del Mario Draghi, ex primer ministro de Italia, ha anunciado un Plan de Acción para el Automóvil Europeo en el que incluye propuestas para poner en marcha puntos de recarga, flexibilidad en las emisiones y el impulso de las cadenas de valor empresariales. Es un plan de choque que pretende agilizar incentivos a la compra de vehículos eléctricos, la creación de una alianza europea para el vehículo conectado y autónomo o favorecer el desarrollo de la conducción sin conductor en el Viejo Continente.