El indicador de referencia para el seguimiento de la igualdad de género en España desvela que en 2022 se logró avanzar respecto al año anterior, recuperándose los niveles previos a la pandemia. Así, los datos del III Índice ClosinGap, elaborado por PwC, muestran que, durante el último año, han evolucionado positivamente en los ámbitos de Empleo, Educación, Conciliación y Digitalización, lo que ha contribuido a reducir la brecha agregada entre mujeres y hombres, a pesar del leve retroceso en Salud y Bienestar.
Situando el 100% como la igualdad plena, el Índice ClosinGap establece el nivel de paridad en España en 2022 en el 64,7%. Esta cifra supone un incremento de 1,4 puntos porcentuales respecto a la anterior edición del índice y refleja que la brecha de género ha disminuido en nuestro país, aunque aún quede un 35,3% por superar. Este resultado sitúa en 2056 el horizonte temporal para el cierre de la brecha entre mujeres y hombres, lo que supone una mejora respecto a los datos del año anterior, que indicaban que ese cierre se produciría en 2058.
En clave financiera, el coste de oportunidad en PIB de las brechas de género en España es de 212.179 millones de euros, equivalente al 17,6% del PIB de 2021, cifra que asumiría la creación de 2,5 millones de empleos femeninos a tiempo completo.
En palabras de Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap: “La tercera edición de nuestro Índice nos indica que estamos en el camino adecuado, a través de unos datos que nos estimulan todavía más para acelerar nuestro paso en la construcción de una sociedad más igualitaria, próspera y sostenible. De la misma manera, estas cifras ponen de manifiesto que, a pesar de la mejoría respecto a la última edición, debemos continuar impulsando con idéntica ambición y perseverancia medidas sostenidas en el potencial femenino como palanca clave para el desarrollo económico.”
En su análisis específico del Empleo, la tercera edición del índice ClosinGap refleja que estamos más cerca de la paridad, al situarse el indicador para esta categoría en el 67,2%, 1,1 puntos porcentuales más respecto al año anterior (66,1%). Este incremento se sostiene en el aumento de la presencia de mujeres en cargos de liderazgo en empresas privadas y en una menor brecha en las pensiones.
Sin embargo, a pesar de esta tendencia positiva, el empleo precario ha disminuido en menor medida para las mujeres que para los hombres, mostrando así una evolución menos favorable para el género femenino.
Brecha de género en empleo
Esta categoría es especialmente relevante para el análisis global del índice, ya que su estudio incluye gran parte de las variables que se utilizarán para el posterior cálculo de impacto económico de las brechas de género. “El estudio del Empleo se antoja fundamental para comprender las derivas del mercado laboral y el impacto económico que supone la brecha de género para el conjunto del PIB del país. Pese al crecimiento sostenido en esta variable durante los últimos años, el objetivo que ahora tenemos por delante consiste en impulsar, de mejor manera si cabe, esta tendencia para frenar las consecuencias económicas de la desigualdad de género en España”, afirma Anna Merino, directora del equipo de Economics en Strategy&, el área de consultoría estratégica de PwC.
El indicador muestra que el avance general hacia la paridad también se sostiene gracias al desarrollo en las categorías Digitalización, Educación y Conciliación. La evolución en la primera de ellas se entiende gracias al significativo crecimiento en el desarrollo de las habilidades informáticas de las mujeres durante este periodo. Asimismo, el Índice también refleja que la ratio entre hombres y mujeres especialistas en profesiones digitales ha progresado y que se ha alcanzado la paridad en el ámbito de las compras por internet.
El estudio posiciona la Digitalización como la categoría con el mayor incremento durante el último año. Concretamente, sitúa en el 75%, cifra 3,6 puntos superior a la referencia del año anterior. Asimismo, este resultado pone fin al estancamiento que se detectaba en este ámbito en los últimos años.
Por otra parte, el índice en Educación se sitúa en el 71,1%, resultado que supone un incremento de 3,2 puntos porcentuales respecto al último análisis (67,9%). Esta mejora se debe a que los valores de variables como la tasa de abandono escolar, la tasa de educación terciaria y la formación continua de adultos hayan alcanzado y superado la paridad con unos resultados más positivos para las mujeres en todos los casos. Sin embargo, el medidor constata que la educación de carreras STEM sigue teniendo una brecha mayor al 50%, aunque haya experimentado una mejoría respecto a los años anteriores.
Brecha de género en digitalización, educación & conciliación
Por último, los resultados en el ámbito de la Conciliación también muestran un ligero avance hacia la paridad tras haber aumentado en 0,6 puntos, avanzando del 40,8% al 41,4%, aunque sigue siendo la categoría donde la brecha de género es mayor, superando el 50%. Esta variable sufrió una disminución exponencial, debido al COVID-19, de la cual no se ha conseguido recuperar todavía.
Añadido a esto, el análisis recoge una ligera disminución en el tiempo dedicado al ocio para ambos géneros, pero se reduce aún más para las mujeres, que ya contaban con menor tiempo libre respecto a los hombres de partida.
Contrastando con el resto de las categorías, el indicador sobre la paridad en Salud y Bienestar ha empeorado 0,4 puntos porcentuales respecto el año pasado, cayendo del 84,4% al 84,0% y constatando la leve caída (-0,1) registrada por la anterior edición del índice.
A pesar de ser la variable con mayor paridad, la evolución del indicador muestra que la tendencia no es favorable. En este último año, esta brecha ha empeorado ligeramente debido al riesgo de pobreza y a la reducción de los años de “buena salud” de las mujeres, en relación a su esperanza de vida.
El informe también analiza el coste de oportunidad que supone para la economía la existencia de una brecha de género que nos mantiene alejados de la plena paridad. Esta desigualdad entre mujeres y hombres incide directa e indirectamente en el PIB a través del mercado laboral. En este sentido, si se pusiera fin a las diferentes brechas de género, el PIB español podría llegar a aumentar en 212.179 millones de euros, el equivalente a un 17,6% del PIB de 2021, lo que supone 1,4 puntos porcentuales menos respecto a los resultados de la edición anterior.
Asimismo, este incremento potencial vendría impulsado por la creación de 2,5 millones de empleos femeninos equivalentes a tiempo completo. Otra de las conclusiones del estudio señala que la reducida participación de las mujeres en el mercado laboral, el inferior número de horas trabajadas por cuestiones de parcialidad y su sobrerrepresentación en sectores económicos poco productivos provoca que las mujeres solamente contribuyan a un 42,1% del PIB, a pesar de representar el 51,4% de la población en edad de trabajar.
En relación con el impacto que suponen para la economía española las diferentes brechas de género, Manuel Martín Espada, socio responsable de Mercados de PwC, señala que “la tercera edición de nuestra Índice nos trae unos resultados que nos indican el camino a seguir para el conjunto del tejido productivo español. Sin embargo, todavía estamos muy lejos de alcanzar la paridad y no podemos permitirnos continuar con una desigualdad que supone más de 200.000 millones de euros para el PIB y un coste de oportunidad de 2,5 millones de empleos femeninos”.
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