Madrid, 21 de febrero de 2020.- El impacto económico de la brecha de género en el empleo supera los 201.913 millones de euros, equivalentes al 16,8% del PIB español de 2018. Si la tasa de empleo de la mujer se igualase a la del hombre, aumentaría la producción y supondría la creación de 2,3 millones de puestos. Esta es una de las principales conclusiones del séptimo informe de ClosinGap “Coste de oportunidad de la brecha de género en el empleo”, elaborado y presentado hoy por PwC, que cuantifica por primera vez el coste de oportunidad que la desigualdad laboral tiene para la economía española. El estudio evidencia, además, las barreras a las que la mujer española se enfrenta y que lastran su trayectoria profesional.
Este profundo impacto en la economía es resultado de la infrarrepresentación que sufre la mujer en el mercado laboral, a pesar de que hay un 5,4% más de mujeres que hombres en edad de trabajar. En términos de empleabilidad, la brecha de ocupación alcanzó los 12 puntos en 2018 con una relación de 10 mujeres ocupadas por cada 12 hombres. Y a nivel de desempleo, la diferencia se situó en 3,3 puntos porcentuales. En términos de brecha salarial, las mujeres cobran 5.784€ al año menos que los hombres. Esta diferencia tiene un coste de oportunidad de 49.502 millones de euros, equivalentes al 4,2% del PIB español de 2017.
El estudio de ClosinGap pone de relieve los principales factores causantes de la brecha de género en el empleo, como la interrupción laboral por embarazo o lactancia, que repercute de forma acusada las condiciones laborales de la mujer y genera una brecha difícil de superar. Las diferencias de género en la elección de estudios y profesiones, que siguen todavía muy arraigadas en la sociedad, la incorporación tardía de la mujer al mercado laboral por motivos históricos, junto a la falsa corresponsabilidad en los roles familiares y domésticos, y otras barreras de índole social y cultural, conforman el difícil escenario al que se enfrenta la mujer en el terreno laboral.
“El informe desvela datos de importancia estratégica y de gran magnitud, el mayor de los siete análisis realizados hasta la fecha por ClosinGap”.
“Las conclusiones ponen de manifiesto la necesidad de que se produzca un cambio en el empleo para asegurar la igualdad de oportunidades en el mercado laboral. Solo así podremos aprovechar todo el talento femenino y reducir el enorme impacto que esta brecha genera para el conjunto del país”.
“Este informe habla también de sobrecualificación de las mujeres o de que los trabajos a tiempo parcial llevan nombre femenino, y concluye que reducir las diferencias en el mercado laboral entre mujeres y hombres es el primer paso para seguir avanzando en la reducción de otras brechas de género, como las de corresponsabilidad, pensiones, ocio o salud. Esa es nuestra razón de ser y las doce empresas que formamos Closingap no descansaremos hasta ver cómo nuestro esfuerzo ayuda a transformar la realidad”, afirma Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap y Vicepresidenta Europea de Biopharma en Merck.
La jornada parcial es más frecuente entre las mujeres, que tienen que optar por reducir su horario para dedicarse al cuidado de niños o mayores. La reducción de la jornada es un factor destacado que acrecienta la brecha de género en el empleo con una diferencia de 17 puntos porcentuales en 2018: por cada hombre que trabaja a jornada parcial, hay 3,5 mujeres.
El informe demuestra el papel clave que la educación tiene, en especial la universitaria, para acceder a mejores condiciones laborales, tanto en cargo como en salario. En España, la proporción de mujeres de entre 25 y 64 años con estudios superiores es mayor a la de los hombres con una diferencia de 5,2 puntos porcentuales. A pesar de ello, siguen existiendo diferencias significativas por género en la elección del campo de estudio. Las titulaciones STEM (Sciences, Technology, Engineering and Maths) encabezan el ranking con una ratio de 2,85 hombres por cada mujer.
En este sentido, las mujeres también son el grupo más afectado por la sobrecualificación: por cada hombre con formación universitaria que trabaja en puestos de menor rango, hay 1.12 mujeres.
El informe pone de manifiesto cómo el desequilibrio sectorial, tan arraigado en nuestra sociedad, sigue alimentando la disparidad de géneros en el mercado laboral. Esta situación provoca que las mujeres estén más presentes en profesiones con salarios tradicionalmente más bajos, aumentando, a su vez, la brecha salarial. Mientras los hombres se decantan por el sector primario, con una diferencia de 54 puntos, y el secundario (58 p.p), las mujeres son mayoría en el sector servicios, con una marcada brecha en las actividades del hogar (76 p.p.), las actividades sanitarias y servicios sociales (53 p.p.) y la educación (34 p.p.).
Tan solo un 8% de los cargos de presidencia y un 9% de las posiciones de alta dirección están ocupados por mujeres, cifras que evidencian el techo de cristal existente en España, a pesar de que hay más mujeres que hombres con estudios superiores. Un claro ejemplo es la baja representación femenina en los consejos de empresas del IBEX 35 (26%), cifra que coloca al país a gran distancia de otros países europeos.
El informe de ClosinGap muestra la distribución desigual del tiempo remunerado y no remunerado y sus efectos negativos en la trayectoria profesional de las mujeres, con la consiguiente repercusión en salario y pensión. Las mujeres en España trabajan 5.3000 millones de horas menos al año que los hombres, es decir, un 28% menos, fruto de una tasa de participación laboral menor y a más contratos a tiempo parcial. Al día, ellas dedican 2 horas más que ellos al hogar y 46 minutos más al cuidado de los hijos. El estudio cuantifica también a la brecha en el hogar: por cada hombre inactivo por dedicarse a tareas en casa, hay casi 9 mujeres en la misma situación.
En la brecha salarial, cuantificada en cerca de 5.800€ en salario anual y en 2,2€ menos la hora en términos de horas trabajadas, la edad juega un papel determinante. A mayor edad, más se agudiza la diferencia, que asciende al 22,5% en el grupo de 55 a 64 años. En ese sentido, la menor brecha entre los grupos más jóvenes es un indicio esperanzador que indica un patrón positivo de cara a los próximos años.
De nuevo, la jornada parcial incide de forma negativa en la brecha salarial con una diferencia de sueldo por hora de 1,8 euros, es decir, las mujeres cobran cerca de un 15% menos por hora que los hombres a media jornada.