En los próximos tres a cinco años, la Inteligencia Artificial (IA) y el 5G redefinirán el concepto de smartphone. Los primeros teléfonos se consideraron ‘inteligentes’ por ser móviles y estar, al mismo tiempo, conectados a Internet. Pero hoy la conectividad a la red se da por hecho, y los dispositivos móviles son omnipresentes. Sin embargo, no se han dado pasos sustancialmente relevantes en las prestaciones del teléfono o la experiencia de usuario, más allá de mejoras en las cámaras o en la velocidad del procesador.
¿Qué cambiará con la aplicación de la IA? El estudio 'The Smarter Phone', elaborado por PwC, apunta, principalmente, al auge de las interfaces por voz, que en el escenario más desarrollado, permitirán que las necesidades del usuario sean satisfechas de forma automática mediante una interfaz de inteligencia artificial gestual o conversacional que interprete los hábitos del consumidor. La otra gran novedad es el fin del ecosistema actual de apps. Hoy seleccionamos, descargamos y nos registramos en las aplicaciones que consideramos útiles, pero después no usamos muchas de ellas. A largo plazo, la IA permitirá al dispositivo deducir qué es lo que este quiere y actuar de forma autónoma, sin que el usuario tenga que ir aplicaciones concretas.
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