En 2030, el cuidado sanitario estará más centrado en la prevención de las enfermedades que en la búsqueda de su tratamiento. Es una de las principales conclusiones del informe 'Driving the Future of Health' elaborado por Strategy&, la consultora estratégica de PwC, a partir de un estudio en el que han participado 120 ejecutivos del sector. En la llamada 'Digital Health', los pacientes serán atendidos de forma personalizada, con tratamientos que se integrarán en su vida diaria de forma casi imperceptible, gracias a los datos y los algoritmos.
Todos estos cambios tendrán lugar en un sistema de salud totalmente nuevo. Los médicos y todos los profesionales sanitarios verán redefinidas sus funciones, y los reguladores tendrán que diseñar marcos de trabajo adaptados al paradigma de la digital health, en el que el intercambio de datos sensibles será fundamental. Además, los presupuestos y dotaciones que dedican los estados –y el sector privado- a la sanidad, cambiarán por completo. Sin olvidar a las tecnológicas, que jugarán un papel cada vez más importante.
¿Cómo afectarán todos estos cambios al negocio de las compañías biofarmacéuticas? ¿Pueden convertir el cambio de paradigma en una oportunidad? Un 68% espera que este escenario sea la norma en 2030 y un 75% cree que puede suponer una oportunidad. El informe incluye algunas pistas para afrontar la disrupción.