Estos motores de cambio provocarán la transformación, en ocasiones radical, de los modelos de desarrollo económico, las pautas de comportamiento social y los sistemas de gobierno. El alcance y la dirección de dichas transformaciones dependerán no sólo de la clase política y empresarial, sino también del apoyo que les presten los propios ciudadanos.
La visión desplegada en este informe es una propuesta hacia la que deberían orientarse las ciudades españolas en los próximos años y puede ser plenamente plausible en un contexto en el que prevalezca la actitud innovadora,responsable y comprometida de las partes interesadas (stakeholders) en el desarrollo local para afrontar los retos del futuro.
España tiene que afrontar este panorama que está por venir. Para hacerlo de forma exitosa, establecemos una serie de recomendaciones para la Administración pública y para las empresas.