Algunos bancos centrales, como la Fed de Estados Unidos, el Banco de Canadá, o el Banco de Inglaterra, ya han subido los tipos de interés oficiales. El Banco Central Europeo (BCE) también ha endurecido su posición, pero ha optado por un enfoque más gradual y flexible. Su hoja de ruta es ahora acelerar el calendario de reducción de compras de activos y analizar su cancelación en el tercer trimestre, para “algún tiempo” después iniciar la fase de subida de tipos de interés.
Los resultados de la encuesta del Consenso Económico y Empresarial, correspondiente al primer trimestre de 2022, que elabora PwC desde 1999 a partir de la opinión de un panel de más de 450 expertos, directivos y empresarios, validan esta estrategia. Un porcentaje inusualmente alto de los consultados (más de un 60%) la apoyan sin reservas, aunque una parte no desdeñable (casi un 30%) hubiera preferido que la autoridad monetaria europea actuara antes.
A partir de ahí, las previsiones sobre la próxima evolución de los tipos de interés apuntan hacia una subida moderada y gradual. La opinión más mayoritaria (con la que está completamente de acuerdo casi la mitad de los participantes) sostiene que el BCE hará uno o dos movimientos al alza cada año durante los próximos tres (por comparar, el mercado espera siete subidas en Estados Unidos en 2022). Incluso se contempla una opción más relajada (un 32% la defiende), mientras los que apuestan por decisiones más duras de la política monetaria (un 24%) están en minoría.
¿Cómo se traducen estas expectativas en el nivel del precio del dinero? Los encuestados creen que el tipo de intervención, que actualmente está en el 0%, se situará a finales de este año entre el 0,25% (eso es lo que opinan un 38% de los encuestados) y el 0,5% (lo prevén la cuarta parte). En promedio, podríamos resumir diciendo que una mayoría significativa de nuestros expertos cree que los tipos de interés oficiales rondarán el 1% en 2024.
Nuestros panelistas creen que, pese a los sobresaltos en los precios y a la previsible subida de tipos, el BCE va a seguir manteniendo durante varios años una política monetaria laxa, cuyo resultado sería una tasa de interés real (la diferencia entre los tipos nominales y la inflación) negativa.
Las previsiones de nuestros expertos apuntan hacia un incremento moderado y gradual de los tipos de interés oficiales en la zona del euro, con uno o dos movimientos al alza cada año.
Pese a la subida de tipos, la tasa de interés real (la diferencia con la inflación) seguirá siendo negativa.
La economía española ha entrado en una fase complicada. La prolongación de la pandemia, los problemas de suministro en el comercio mundial y la guerra de Ucrania han cubierto de nubes negras el cielo de la economía, que amenaza lluvia por el rebrote persistente de la inflación y por el frenazo en el crecimiento del PIB. Nuestros expertos comparten este análisis pesimista y dan por malogrado el ejercicio de 2022, pero al mismo tiempo vislumbran un rayo de esperanza en el horizonte y esperan que el próximo año la situación de la economía española tienda a normalizarse.
En la evaluación global de la coyuntura económica, sube notablemente el porcentaje de los que consideran que la situación es mala o muy mala (que pasa del 8% de la anterior encuesta al 28% de la actual) y baja en parecida proporción el de los que piensan que es excelente o buena (del 41% al 18%), si bien siguen siendo mayoría (más de la mitad) los que la califican de regular. Las perspectivas para dentro de un año son algo más positivas, con un 41% de respuestas que confían en una mejora, aunque todavía hay un 30% de opiniones pesimistas.
La inflación es el otro foco de preocupación que revelan los resultados de la encuesta. La mediana de las previsiones para junio y para final de año prácticamente se duplica. Si en el anterior Consenso los encuestados entendían que la tasa de aumento de los precios sería en esas fechas del 3,4% y del 2,5%, respectivamente, ahora se dispara hasta el 6,6% y el 4,7%. ¿Qué se plantean hacer las empresas ante este tirón de la inflación? Aquí no hay matices. El 61% de las respuestas señalan que su política será subir los precios.
La previsión de crecimiento del PIB para 2022 cae al 4,3%, casi un punto menos que en noviembre, y las estimaciones de inflación se duplican.
¿Cuáles son las consecuencias económicas de la invasión de Ucrania? La gran mayoría de los encuestados apuntan, como era de esperar, a la subida de los precios (de las materias primas, de la energía, de los alimentos y de la cesta de la compra en general). En un grado intermedio de repercusión negativa se sitúan los mercados bursátiles y las perspectivas de crecimiento económico, ámbitos en los que coinciden casi la mitad de las participantes en la encuesta.
Llama más la atención, sin embargo, que sólo el 14% de nuestros expertos consideren que el empleo vaya a resultar afectado. En líneas generales, también se va a salvar de la quema, según los encuestados, el sector turístico, así como las exportaciones de las empresas españolas y las operaciones de compraventa de empresas (solo el 8% de los consultados dan crédito a esta posibilidad).
El conflicto bélico de Rusia y Ucrania afectará mucho a los precios, pero relativamente poco al empleo, al turismo y a las exportaciones.