El aumento del PIB rondará el 5%. Las expectativas de los expertos encuestados sobre el crecimiento de la economía española se han rebajado, tanto para 2021 como para 2022. Para este año esperan un crecimiento del 4,8% (por el 6,3% del Consenso anterior publicado el pasado mes de julio) y para 2022 del 5,2% (frente al 5,5%).
Esta moderación de las previsiones está en línea con las estimaciones de la mayoría de los organismos internacionales, que aprecian una demanda interna más débil de lo esperado, en parte por el retraso en el despliegue de los proyectos financiados con fondos europeos.
En este contexto, empresas y hogares siguen sin mejorar su situación. En ambos casos, dos terceras partes de los participantes en la encuesta la califican de regular.
Una mejoría bajo sospecha. A nivel global, también la recuperación parece haber perdido algo de impulso, seguramente por las trabas que puede suponer la resurrección de la inflación y la crisis de la cadena de suministros.
Se nota especialmente en las opiniones sobre la situación de la economía a seis meses vista. En todas las zonas geográficas cae significativamente la previsión de que la economía va a ir a mejor. En conjunto, el porcentaje de respuestas optimistas pasa del 73,8% al 29,1%.
Temor al rebrote de la pandemia. Como en anteriores ediciones del Consenso, el posible rebrote del coronavirus es el factor de riesgo que más condiciona la coyuntura económica a corto plazo. Casi la mitad de los expertos consultados lo mencionan.
Significativamente, la encuesta se hizo antes de que se conociera la aparición de ómicron, la nueva variante del virus, y se ignoraban por tanto las restricciones a la actividad impuestas en muchos países del mundo a raíz del hallazgo. De haberse realizado ahora, la percepción de riesgo para la coyuntura actual hubiera sido seguramente mucho mayor.
Simultáneamente, ha cedido algo la preocupación por el déficit y la deuda pública, otro de los factores de riesgo tradicionales de la encuesta, que ahora lo valoran como importante el 41,4%.
No le prestábamos atención desde la época de la peseta, pero ya está de nuevo aquí. La explosión de la demanda pospandemia, la subida de los precios energéticos y la crisis de los suministros han empujado la inflación hasta niveles próximos al 5% (más incluso en Estados Unidos y España) y la han convertido en la principal amenaza para la economía. El riesgo es que el fenómeno, que en principio tiene naturaleza temporal, se prolongue demasiado y se contagie a las subidas salariales, retroalimentando un ciclo perverso de subida continuada de los precios. Así lo percibe nuestro panel de expertos, empresarios y directivos en el Consenso Económico del cuarto trimestre de 2021.