Design Thinking hace referencia a un conjunto de estrategias y metodologías utilizadas para la innovación de los procesos, analizando los problemas desde una perspectiva de diseño. Esta metodología ha ido evolucionando y englobando nuevas innovaciones para diversos productos y servicios. Con el objetivo de poder aplicar esta metodología al mundo legal, se ha desarrollado en los últimos años una nueva rama de actividad denominada Legal Design.
Legal Design es una metodología que impacta en la forma en que se comunican y prestan los servicios legales. A través de esta metodología, se pretende dar respuesta a algunas cuestiones relacionadas con la dificultad de la comprensión lingüística y visual de los textos jurídicos, así como del entendimiento de las obligaciones jurídicas recogidas en los textos legales.
Esta innovadora metodología es el resultado de una combinación de conocimientos jurídicos y de diseño y su principal objetivo es que los documentos jurídicos sean más accesibles y comprensibles para cualquier lector a través de la simplificación de los términos jurídicos y de la estructura utilizada para los textos legales.
Como cualquier otro cambio en la metodología de trabajo, los abogados deben adaptarse a esta nueva metodología a través de un ejercicio de introspección y entendimiento de las nuevas tareas que lleva asociado. Por ello, los abogados deben desarrollar nuevas competencias y actitudes que incluyen, entre otras:
Todos estos cambios propician una mejoría considerable para todos los partícipes del proceso legal en cuestión. Legal Design impacta positivamente en la eficiencia de comprensión de los documentos jurídicos a cambio de un mayor esfuerzo inicial en su elaboración y redacción. Adicionalmente, esta mejoría de los documentos jurídicos reduce los riesgos derivados de su implementación, disminuyendo de forma considerable el número de conflictos ocasionados entre las partes debido a una mejor comprensión de sus obligaciones.
A consecuencia de ello, los clientes son más proclives a mantener las relaciones jurídicas actuales y se puede observar un incremento de la demanda de los servicios jurídicos debido al aumento de la seguridad jurídica entre las partes. A su vez, la homogeneización y simplificación de los documentos favorece su digitalización y el uso de herramientas que mejoran la operativa y el seguimiento de los procesos legales.
Estamos asistiendo a un cambio de paradigma en la elaboración de textos jurídicos, con un mayor énfasis en el diseño, en la estructuración y en la redacción de los mismos. Este cambio está siendo objeto de numerosas recomendaciones por autoridades en distintos ámbitos como pueden ser:
La primera parte de la certificación comparte las notas sobre el significado de lenguaje claro, esto es, “la comunicación que pone a los lectores en primer lugar y considera lo siguiente: lo que los lectores quieren y necesitan saber; el nivel de interés, la experiencia y la alfabetización de los lectores; y, el contexto en el que los lectores utilizarán el documento”, mientras que la segunda parte de la norma ISO ofrece orientación y técnicas para los autores de documentos jurídicos con el objetivo de que los destinatarios puedan comprender los textos.
Estas recomendaciones no hacen más que anticipar un cambio de paradigma de la metodología de trabajo de los abogados para adaptarse a las necesidades que demandan cada vez más los clientes. En este sentido, Legal Design se erige como una solución idónea para afrontar estos nuevos retos.