La IA al servicio de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

La IA al servicio de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
La Inteligencia Artificial se alza como un aliado clave para el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Este artículo aborda el papel de la Inteligencia Artificial para optimizar el consumo de la energía, promover la economía circular y mitigar el impacto del cambio climático. Su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos, identificar patrones y optimizar procesos es un catalizador para ofrecer soluciones eficientes ante desafíos globales.

Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible

En un mundo donde el cambio climático y la desigualdad social son retos apremiantes, la Inteligencia Artificial (en adelante, IA) emerge como una herramienta fundamental para transformar nuestro futuro e impulsar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (en adelante, ODS) de la Agenda 2030. 

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan de acción global adoptado por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas en el año 2015. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y las 169 metas que se anuncian en la Agenda pretenden la consagración de las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. 

Los ODS proporcionan una hoja de ruta, no solo para abordar problemas de índole global, sino también para promover la colaboración entre países, organizaciones y ciudadanos. La integración de los ODS en las políticas nacionales supone una colaboración sin precedentes y demanda la alineación de estrategias por parte de los países. Para ello, se deben establecer mecanismos de recopilación, extracción y reporte del dato que velen por el cumplimiento de estos objetivos. 

La Agenda 2030 enfatiza la importancia de la inclusión y la participación de todos los sectores de la sociedad. El régimen de compromiso se basa en los siguientes principios:

  • Universalidad: la Agenda 2030 es aplicable a todos los países, independientemente de su nivel de desarrollo. Todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas han acordado trabajar hacia los mismos objetivos y metas.
  • Interdependencia: los 17 ODS son interdependientes y se refuerzan mutuamente. El progreso en un objetivo puede contribuir al avance en otros, y los desafíos en un área pueden afectar negativamente a otros objetivos.
  • Responsabilidad compartida: la implementación de la Agenda 2030 es una responsabilidad compartida entre los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y los ciudadanos. Todos los actores deben colaborar y contribuir a la consecución de los ODS.
  • Transparencia y rendición de cuentas: los países deben ser transparentes en sus esfuerzos para alcanzar los ODS y rendir cuentas de sus progresos. Esto implica la presentación de informes periódicos y la participación en mecanismos de revisión y evaluación.
  • Enfoque basado en derechos: la Agenda 2030 se basa en el respeto y la promoción de los derechos humanos. Las políticas y programas deben ser diseñados y ejecutados de manera que respeten, protejan y promuevan los derechos de todas las personas.

Las implicaciones de este compromiso son profundas y requieren la integración de políticas, la medición y seguimiento del progreso, la financiación sostenible y la participación inclusiva. A través de estos esfuerzos conjuntos, la comunidad global puede trabajar hacia un futuro más sostenible, equitativo y próspero.

La Inteligencia Artificial como motor del cambio

En el contexto de la Agenda 2030 y los ODS, la Inteligencia Artificial emerge como un aliado estratégico, capaz de reducir desigualdades, fomentar la innovación y promover un desarrollo sostenible y equitativo. Desde la agricultura hasta la sanidad; son muchos los sectores que pueden verse beneficiados de la optimización de procesos y la toma de decisiones informadas. 

Un concepto relevante en este ámbito es el de los "algoritmos verdes", referido a aquellos algoritmos diseñados para minimizar el impacto ambiental de las aplicaciones informáticas, promoviendo soluciones sostenibles. Estos algoritmos se centran en la eficiencia de recursos, reduciendo la cantidad de energía empleada para ejecutar programas o realizar tareas de procesamiento. En comparación con los algoritmos tradicionales, los algoritmos verdes buscan un equilibrio entre el desarrollo tecnológico y la protección del medio ambiente, mitigando el consumo energético.

El impacto de los algoritmos verdes en la sostenibilidad es significativo. Al optimizar el uso de recursos y reducir el consumo de energía, estos algoritmos contribuyen a la disminución de la huella de carbono de los centros de datos y otras infraestructuras tecnológicas.

Interacción entre la Inteligencia Artificial y los ODS

A medida que el mundo avanza hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo de la Agenda 2030, la IA se posiciona como una herramienta clave para abordar desafíos complejos. Su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y optimizar procesos la convierte en un aliado estratégico en sectores como la agricultura, la salud y la energía, entre otros. Como veremos en los siguientes ejemplos, IA permite mejorar la eficiencia, reducir costes y tomar decisiones informadas basadas en datos precisos.

La IA mejora los programas de atención preventiva y diagnósticos y, en este sentido, contribuye a alcanzar el ODS 3 (Salud y Bienestar) a través de distintas maneras. 

Por un lado, mejora los programas preventivos y diagnósticos al identificar y predecir enfermedades, permitiendo intervenciones tempranas y facilitando la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos y medicamentos. Asimismo, los dispositivos móviles con cámaras inteligentes ayudan a diagnosticar problemas de salud en poblaciones remotas. 

En el ámbito de las terapias, la IA ofrece apoyo y mejora la salud mental de personas sin acceso a terapeutas. Además, promueve hábitos saludables a través del auto-seguimiento y la cuantificación personal. Sin embargo, es importante velar por un uso adecuado, ya que la tecnología avanzada puede estar fuera del alcance de algunas poblaciones, agudizando así la brecha tecnológica existente.

La IA puede ser una herramienta crucial para alcanzar el ODS 7 (Energía Asequible y No Contaminante) que busca garantizar el acceso a una energía limpia y asequible. Iniciativas como “AI4Good” demuestran cómo la IA y el aprendizaje automático pueden optimizar la distribución y el consumo de energía, mejorando la eficiencia y reduciendo costes. 

Sin embargo, es importante considerar la sostenibilidad de la propia IA, ya que el entrenamiento de modelos de IA consume una cantidad significativa de energía. Para que la IA contribuya de manera efectiva a la sostenibilidad, es necesario invertir en fuentes de energía limpia y mejorar la infraestructura tecnológica en los países en desarrollo. Con ello, se puede asegurar que el uso de la IA no solo promueve la sostenibilidad, sino que también es sostenible en sí mismo.

La IA puede contribuir significativamente a alcanzar el ODS 13 (Acción por el Clima) mediante el uso de análisis de datos y modelado climático. Estas tecnologías permiten predecir catástrofes relacionadas con el clima, lo que facilita la toma de decisiones informadas en situaciones críticas. Además, la innovación, la infraestructura y la industria impulsadas por la IA pueden ayudar indirectamente a mitigar las consecuencias del cambio climático, contribuyendo también a la consecución de otros objetivos, véase el OBS 9 (Industria, Innovación e Infraestructura).

Sin embargo, existen preocupaciones sobre el impacto ambiental de la IA. A pesar de su potencial para mejorar la eficiencia de las energías renovables, la IA también se utiliza para optimizar la extracción de petróleo y gas, lo que no favorece una transición verde. Además, el entrenamiento de algoritmos de aprendizaje automatizado, que es intensivo en datos, genera crecientes cantidades de emisiones.

Desafíos y Consideraciones Futuras

La contribución de la IA tiene un impacto significativo para la consecución de los ODS. No obstante, su uso no es neutral e, incluso, puede llegar a obstaculizar el logro de estos objetivos. Un estudio realizado en 2020 concluyó que la IA puede apoyar 128 de las metas de los ODS, pero también puede inhibir 58 de ellas, como, por ejemplo, la desigualdad en el acceso a la salud o la contaminación y el consumo de recursos asociados a la IA. Por ello, es crucial asegurar el cumplimiento del Reglamento de Inteligencia Artificial para identificar, evaluar y mitigar los riesgos asociados.

El uso de la IA para alcanzar los retos que plantea la Agenda 2030 enfrenta una serie de barreras. Entre ellas, la falta de infraestructura, el coste de la implementación y el atraso en el desarrollo tecnológico en múltiples regiones a nivel mundial. Asimismo, la resistencia al cambio y el rezago tecnológico suponen un obstáculo, puesto que, a causa de la incertidumbre y los riesgos percibidos, algunas organizaciones y gobiernos se muestran reacios a implementar esta tecnología. 

El futuro de la IA en el campo de la sostenibilidad es prometedor, pero requiere un enfoque estratégico y colaborativo. Para maximizar sus beneficios, es crucial desarrollar políticas y marcos regulatorios que promuevan la innovación responsable y aseguren tecnologías sostenibles y equitativas. Resulta fundamental invertir en algoritmos eficientes que minimicen el consumo de energía y reduzcan la huella de carbono, así como investigar la integración de la IA con tecnologías emergentes para crear soluciones más robustas y sostenibles.

Artículo elaborado por Rocío Catalá Martínez, senior manager del área NewLaw de PwC Tax & Legal, Leticia Alvear Sánchez-de León, manager del área NewLaw de PwC Tax & Legal, Ignacio Hierro Herrero, associate del área NewLaw de PwC Tax & Legal y Ángela Saralegui Laurenz, associate del área NewLaw de PwC Tax & Legal.

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Patricia Manca

Patricia Manca

Socia responsable de NewLaw