Jesús Romero
Socio responsable del área de Soluciones de Seguridad de Negocio de PwC
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La pérdida de datos sensibles, los daños en activos físicos de la compañía, el deterioro en la calidad de sus productos y la suspensión de sus operaciones son, por este orden, las principales consecuencias de los ciberataques para las empresas españolas. Así lo revela, la Encuesta Mundial de Seguridad de la Información 2018, elaborada por PwC, a partir de la opinión de 9.500 directivos y responsables de IT (336 españoles) de 122 países.
El informe constata el auge de los ataques informáticos masivos y cómo el proceso generalizado de digitalización que han experimentado las empresas en todo el mundo hace que haya aumentado sensiblemente su exposición. En España, por ejemplo, el 67,7% de los directivos encuestados consideran “probable” o “muy probable” que sus empresas vayan a ser objeto del algún tipo de ciberataque en los próximos meses.
En la actualidad, las empresas de todo el mundo sufren, de media, 3,4 incidentes de seguridad al año, y unas pérdidas de 4,8 millones de dólares. Según la encuesta, las empresas españolas se ven obligadas a parar sus operaciones 17 horas de media al año como consecuencia de los ataques informáticos.
El estudio concluye que, en España, aproximadamente el 47% de los ciberataques que tienen su origen dentro de la compañía son realizados por empleados o ex empleados. Y una proporción algo menor -del 40,7%-, por proveedores. En cuanto a aquellos de origen externo, el 28,2% son realizados por competidores, el 25,4% por organizaciones criminales y un 17,5% por activistas y ciberactivistas.
Muchas compañías siguen sin estar preparadas todavía para afrontar los riesgos derivados de los ciberataques. El 49% de los directivos españoles entrevistados –el 44% en el mundo- reconocen que sus empresas carecen de una estrategia integral de seguridad, el 53% que no cuentan con programas de formación para los empleados y el 55% que no disponen de procedimientos previamente establecidos para responder a los incidentes de seguridad. De hecho, cuando se produce un ciberataque la mayoría de compañías reconocen que no son capaces de llegar a identificar su autoría –el 41%, en España y el 39%, en el mundo-.
Según el informe, estas prioridades pasan por combatir los ataques que se producen desde dentro de la organización -insider threats-; garantizar la seguridad de los dispositivos móviles; monitorizar los sistemas y redes de la compañía; mejorar la gestión de identidades y aumentar la conciencia y la formación de los empleados sobre los riesgos informáticos a los que se enfrenta la empresas.
La principal preocupación se centra la capacidad de las compañías para garantizar la seguridad de los servicios y funciones que, cada vez en mayor medida, tienen previsto almacenar en la nube. El 50% de las empresas encuestadas en España prevén llevar a la nube información sensible para su organización.
Los resultados de la encuesta muestran que el Internet de las Cosas (por sus siglas en inglés, IoT) y la consiguiente proliferación de dispositivos interconectados se va convertir en una de las principales vulnerabilidades de seguridad para las empresas de todo el mundo en el futuro inmediato. En España, por ejemplo, solo el 34% de los directivos encuestados dicen tener una estrategia de seguridad para el Internet de la Cosas.
“El principal efecto de la digitalización de los negocios es el peso significativo que los riesgos tecnológicos adquieren dentro del mapa de riesgos operativos de las compañías. La correcta gestión de la ciberseguridad es cada vez más un habilitador necesario del escenario de negocio digital, y las empresas deberán abordarla con una estrategia integral. De forma análoga, pero desde un punto de vista más técnico, las compañías deben contemplar de forma específica la seguridad a la hora de disfrutar de los beneficios de nuevas tecnologías que han llegado para quedarse, como Cloud, Big Data o el Internet de la Cosas”.
Jesús Romero
Socio responsable del área de Soluciones de Seguridad de Negocio de PwC
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