Muchas cosas han cambiado desde principios de año. La inflación se está desacelerando, la escalada de los tipos de interés podría estar llegando a su fin, se ha producido la caída de algunos bancos, EE.UU. ha sorteado la crisis del techo de deuda y todo el mundo habla de la próxima gran revolución tecnológica: la IA Generativa. Por muchas diferentes razones, desde la digitalización hasta la descarbonización, pasando por una mayor apuesta por la creación de valor, todo en conjunto está creando un entorno en el que pensamos se van a crear oportunidades de transformación y las condiciones óptimas para un mercado de M&A más activo y dinámico en los próximos meses.
En el corto plazo, la actividad de fusiones y adquisiciones no se va a caracterizar por el cierre de grandes operaciones -que han caído desde que en 2021 llegarán a máximos históricos-, sino en transacciones de tamaño medio a medida que las compañías acometen sus estrategias de crecimiento. Este tipo de operaciones de menor tamaño también son capaces de impulsar la transformación y el crecimiento de las compañías. Mientras que los grupos corporativos con mayor liquidez seguirán bien posicionados para llevar a cabo operaciones más grandes, en los próximos meses vamos a ver transacciones del segmento medio (middle market) dominando el mercado, como resultado de las compras estratégicas y desinversiones selectivas realizadas por parte de los CEOs para transformar sus carteras de participadas para el futuro.
El año 2023 se inició con unas expectativas de M&A moderadas debido a los temores sobre una posible recesión y a la subida de los tipos de interés, provocada por el intento coordinado de los bancos centrales por controlar los niveles de inflación en muchas partes del mundo. Y no cabe duda de que el primer semestre de este año ha sido complicado para la actividad transaccional, con un volumen de operaciones que ha caído un 4%, en comparación con los niveles ya bajos registrados en el segundo semestre de 2022. Sin embargo, el número de transacciones sigue estando por encima de los niveles de 2019, previos a la pandemia.
El flujo de operaciones podría aumentar en la segunda mitad del año, sobre todo, si los vendedores se enfocan en preparar la venta y en reajustar sus expectativas de precio. Pero muchos compradores han visto cómo se está encareciendo la financiación, lo que se está traduciendo en la búsqueda de fuentes de capital alternativas y en cómo crear valor desde la realización de una transacción.
La creación de valor siempre ha sido un pilar básico de toda transacción, pero hoy en día existe la necesidad de ir más allá e identificar otros elementos, a menudo transformadores, palancas de valor que contribuyen a alcanzar el máximo potencial de cada operación. Estamos viendo cómo los inversores ponen el foco en su reposicionamiento estratégico, por ejemplo, con la optimización de carteras (portfolio optimisation), la digitalización y los cambios en los modelos de negocio. Pero hay otras cuestiones, como la eficiencia energética, los créditos fiscales verdes y la financiación sostenible, que merecen que se les preste una mayor atención.
Las nuevas tecnologías están facilitando el proceso de toma de decisiones y ayudando a los CEOs a digitalizar y transformar sus empresas; y la Inteligencia Artificial no ha hecho más que subir el listón. El impacto de la IA en las compañías y en la economía creará oportunidades en el mercado de fusiones y adquisiciones, tanto para los grupos corporativos como para los fondos de capital privado (private equity) que invierten en nuevos negocios o desinvierten para monetizar sus inversiones. Desde hace tiempo venimos observando cómo las organizaciones que apuestan por las adquisiciones estratégicas lo hacen para enfrentarse al inmenso reto que supone la escasez de profesionales con las competencias adecuadas. En este ámbito, la Inteligencia Artificial ha supuesto un salto cualitativo, ya que el talento en este campo es uno de los recursos más escasos de encontrar.
Las transformaciones también se están llevando a cabo en otros ámbitos. Las compañías buscan cada vez más reducir su impacto en el medioambiente y apuestan por estrategias de cero emisiones netas. La transición energética está provocando enormes cambios en algunos sectores, que abren oportunidades para acometer operaciones de M&A. Por ejemplo, los fabricantes de componentes industriales y de automoción están adquiriendo compañías de recursos naturales para asegurarse el suministro de los materiales esenciales para la producción de baterías y sistemas de almacenamiento de energía.
En un mundo tan cambiante, los CEOs tienen que ser audaces para ver las posibilidades que ofrece el M&A para situarse por delante de sus competidores. Sin embargo, la audacia no tiene por qué ser a gran escala. Las operaciones de M&A pueden transformar los modelos de negocio de muchas formas. La revisión de las carteras de inversión será un área clave tanto para las grandes compañías como para los fondos de capital privado, que van a apostar por operaciones más pequeñas en sus procesos de transformación. Las operaciones más pequeñas son más factibles de llevar a cabo en el entorno regulatorio y de financiación actual y también pueden ser transformadoras si forman parte de una estrategia bien planificada. Los grupos corporativos con mayor liquidez están mejor posicionados para llevar a cabo grandes operaciones, con mayor capacidad de transformación mientras que equilibran el impacto regulatorio al que se enfrentan. La caída del valor de las compañías cotizadas creará oportunidades de inversión para los fondos de capital privado. Además, se espera un repunte de las reestructuraciones empresariales, lo que puede dar lugar a fusiones y adquisiciones de compañías en dificultades. Pero antes de vender es fundamental prepararse.
"El mercado de M&A es más resiliente de lo que los principales indicadores de actividad sugieren. Nos encontramos ante un mercado de compradores, especialmente para grupos corporativos con liquidez y para el segmento de middle market. Por lo tanto, es esencial que los vendedores estén preparados, o de lo contrario se arriesgan a perder la oportunidad"
Las condiciones macroeconómicas y la presión de los mercados de financiación han creado un contexto en el que los periodos de negociación de las operaciones son más largos, con más incertidumbre, las situaciones de negocio son más complejas y desafiantes y existe una mayor necesidad de profundizar en los procesos de due diligence.
Los compradores reciben una gran presión por parte de los LPs (limited partners) a la hora de justificar sus inversiones y presentar casos de éxito sólidos. Si no son capaces de identificar nuevas oportunidades para crear valor y cuantificar los potenciales resultados, es posible que sus operaciones no lleguen a materializarse. También tendrán que invertir recursos adicionales y tener un propósito para garantizarse el capital necesario. En el contexto actual de mercado, la financiación no puede darse por segura. Es posible que las fuentes de financiación tradicionales ya no estén disponibles o que las condiciones no se ajusten o no estén alineadas a las rentabilidades esperadas de la operación.
Los vendedores tienen que estar preparados. Hace un año, la abundancia de liquidez y la financiación a bajo coste impulsaron un mercado de M&A altamente competitivo. Los vendedores podían limitar la información a los compradores y aún así obtener un retorno premium. Hoy en día, para cerrar una transacción y evitar rebajas en los precios, los vendedores deben anticipar un mayor nivel de análisis y de estudio de la operación por parte de los compradores y de sus fuentes de financiación, y deberán estar preparados para la operación. Una advertencia: este es un proceso que puede llevar mucho tiempo. Sin embargo, un error habitual que vemos con bastante frecuencia es que los vendedores y sus bancos fijan unos plazos de venta muy agresivos. Esto limita la capacidad de la dirección para planificar, preparar y optimizar adecuadamente el negocio antes de ponerlo en el mercado y, en el peor de los casos, puede hacer que la operación fracase.
Lo que quieren los compradores | ¿Cómo pueden los vendedores estar listos para la transacción / para negociar? |
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Los compradores ponen más atención a: | Los vendedores necesitan prepararse para: |
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Una visión fiable de todo el potencial de negocio |
"En el mercado actual, las transacciones que pueden generar transformaciones estratégicas del modelo de negocio son más relevantes que nunca. Esperamos que esta visión sea cada vez más relevante a medida que la actividad de M&A comience a reactivarse en los próximos meses”.
Prevemos que la revisión de carteras sea un área clave tanto para las grandes corporates como para los fondos de capital privado. Estas revisiones representan un sello distintivo de un liderazgo sólido y de la toma de decisiones inteligentes que pueden ayudar a identificar carencias estratégicas clave (en capacidades humanas o portfolio de productos) que una adquisición puede contribuir a solucionar. También sirven para identificar activos no esenciales o de bajo rendimiento en los que es posible desinvertir, y ayudar a aquellas compañías con estructuras financieras tensionadas, a tomar medidas para optimizar sus balances.
A continuación, tres factores fundamentales que van a influir en estas decisiones:
Un entorno con mayores restricciones de capital. Prevemos una mayor actividad en desinversiones a medida que las empresas busquen reducir el apalancamiento de sus balances, es decir, liberar capital para reinvertir o, en el caso del capital privado, devolver los retornos de capital que esperan sus inversores.
La revolución tecnológica. Los costes relacionados con la transformación digital harán que las empresas se vean obligadas a tomar decisiones. Tendrán que redoblar sus esfuerzos en aquellos ámbitos más rentables, dejando a un lado los negocios secundarios y los que corren el riesgo de desaparecer.
La dinámica geopolítica o regulatoria. Estos factores también podrían impulsar a las empresas a vender activos en mercados en dificultades o a deshacerse de aquellos que requieren una atención excesiva por parte de la dirección.
Según el estudio "The power of portfolio renewal and the value in divestitures", elaborado por PwC, las empresas con mayores probabilidades de crear valor analizan sus carteras de forma proactiva, y analizan y llevan a cabo desinversiones en el momento oportuno. En los últimos dos años, el número de adquisiciones ha superado al de desinversiones en una proporción de más de cuatro a una, por lo que es probable que un gran número de activos de las carteras existentes sean buenos candidatos para desinvertir, y que a su vez éstos activos ofrezcan oportunidades de compra a otros inversores..
En el mercado actual de M&A se observa una diferencia entre las grandes operaciones y otras de tamaño medio. Las grandes operaciones, aunque suelen ser más transformadoras por su naturaleza, son más difíciles de llevar a cabo en el entorno financiero actual y se enfrentan a un mayor escrutinio regulatorio. Sin embargo, las transacciones medianas se ven menos afectadas por la volatilidad del mercado y con frecuencia son consideradas la base del mercado de M&A, ya que permiten a las compañías dar pequeños pasos en sus procesos de transformación, en lugar de un gran salto.
El número de transacciones disminuyó alrededor de un 4% entre el segundo semestre de 2022 y el primero de 2023. En el caso de las operaciones de más de 1.000 millones de dólares, la caída fue del 11%. Desde 2021 -año récord-, el número de transacciones con un valor igual o superior a 1.000 millones de dólares ha descendido aproximadamente un 56%. En cambio, los deals de menos de 1.000 millones de dólares han registrado un descenso inferior en el mismo periodo, en torno al 20%.
Las compañías con sólidos balances y activas en procesos de M&A probablemente tendrán una ventaja competitiva en el mercado actual. Disponen de la liquidez y de la capacidad de generar sinergias y podrían aprovechar el momento para realizar adquisiciones mientras el entorno de financiación difícil disminuye la competencia por los activos. Sin embargo, esta ventana de oportunidad no va a permanecer abierta para siempre.
Este año, los grupos corporativos han sido los que han marcado el ritmo en las transacciones de mayor envergadura (dos tercios de las megaoperaciones se han anunciado por parte de compradores corporativos), mientras que los fondos de capital privado se han centrado más en la gestión y transformación de sus carteras y operaciones de M&A, así como en operaciones del tipo public-to-private. Algunas de las transacciones más importantes en la primera mitad de 2023 también son ejemplos de cómo las empresas están realizando transacciones transformadoras: por ejemplo, la adquisición anunciada de Seagen por 43.000 millones de dólares por parte de Pfizer; la fusión propuesta de Glencore con Teck Resources por aproximadamente 23.000 millones de dólares; la adquisición de Newcrest Mining por parte de Newmont por 19.200 millones; Carrier anunció la adquisición de Viessmann Climate Solutions por 13.200 millones de dólares; y la adquisición anunciada por Xylem de Evoqua Water Technologies, por aproximadamente 7.500 millones de dólares. Los sectores que protagonizan el nivel más alto de actividad en los megadeals (farmacia y ciencias de la salud y los sectores de energía, electricidad y recursos naturales) son aquellos asociados con las grandes tendencias como la innovación tecnológica, la digitalización, la sostenibilidad y la transición energética.
Los sectores que registran un mayor nivel de actividad en las megaoperaciones (farmacéutico, biotecnología, energía, proveedores de suministros y minerales) son aquellos vinculados a las grandes megatendencias predominantes como la innovación en tecnología, digitalización, la sostenibilidad y la transición energética.
No hay que subestimar el ingenio de los fondos de capital privado. Si bien el entorno macro y los desafíos financieros derivados del aumento de las tasas de interés y el ajuste del crédito han obstaculizado las operaciones apalancadas, los fondos de private equity han cambiado su enfoque hacia la cartera, realizando revisiones de sus portfolios, ejecutando adquisiciones complementarias e invirtiendo en transformación de la nube y en capacidades de análisis y datos. Aunque las grandes operaciones protagonizadas por los private equity han sido menos frecuentes que en años anteriores, los fondos con convicción en torno a un activo específico no dudarán en buscar adquisiciones de plataformas estratégicas, adquirir activos alternativos dentro de los mercados privados y aprovechar las bajas valoraciones del mercado de capitales a través de OPAs o adquisiciones del tipo public-to-private.
Las recientes quiebras de bancos estadounidenses han provocado una mayor restricción crediticia en un mercado de financiación ya de por sí difícil. El modelo de compra apalancada del capital privado -o leveraged buyout-, consiste en adquirir una empresa mediante endeudamiento y, a partir de ahí, capitalizar los activos y el flujo de caja de la compañía adquirida para pagar la deuda. Por ello, aunque el capital disponible global o dry powder de los fondos de capital privado se mantiene en niveles récord -2,5 billones de dólares en junio de 2023-, la capacidad de acceder a financiación mediante deuda es fundamental. Los responsables de los fondos de private equity están utilizando una combinación de estrategias de financiación, como préstamos a plazo, pagarés del vendedor, financiación de capital, earn-outs, consortiums deals -incluyendo fondos soberanos, de pensiones y empresas familiares- e inversiones en minoría para financiar sus operaciones más importantes.
Además, el crédito privado ha proporcionado a los fondos de private equity una fuente de financiación imprescindible (si bien con un coste adicional) y les han abierto nuevas oportunidades de negocio. Algunos de los principales fondos de private equity han levantado fondos de deuda o han anunciado planes para adquirirlos, como la propuesta de compra por parte de TPG de Angelo Gordon, una empresa de financiación alternativa centrada en el crédito y la inversión inmobiliaria, por un valor de 2.700 millones de dólares.
El aumento del coste del capital está ejerciendo una mayor presión sobre los fondos de capital privado a la hora de generar beneficios. Sin embargo, la estrategia de inversión de estos fondos es cada vez más sofisticada -con mayor énfasis en identificar diferentes fuentes de valor dentro de una operación, además de centrarse en inversiones sostenibles- y están empleando una combinación de mejoras operativas y medidas más orientadas a la transformación para generar valor para sus inversores.
Algunos ejemplos recientes de este tipo de operaciones son la compra prevista de Toshiba Corp por Japan Industrial Partners, valorada en 15.200 millones de dólares, y la absorción planteada de Qualtrics por Silver Lake y CPP Investments, por 12.500 millones de dólares. En las actuales condiciones del mercado, esperamos que los fondos de capital privado encuentren más oportunidades, especialmente en el sector de tecnología, para hacerse con empresas de gran valor y potencial de rentabilidad, a valoraciones más bajas.
“Si bien la brecha de valoración y los desafíos macroeconómicos están ralentizando la actividad de M&A, el apetito inversor de los fondos de capital privado parece no haber disminuido. Se realizarán aquellas operaciones con un racional estratégico sólido, con un potencial de valor significativo y que estén bien alineadas con las megatendencias globales como la digitalización, la desglobalización y descarbonización, como sucede con los sectores de tecnología, salud, infraestructura y energías renovables”.
Se espera que el repunte de las reestructuraciones registrado en el primer semestre de 2023 continúe en la segunda mitad del año debido a que para algunas empresas las tensiones financieras por el encarecimiento de la deuda, la restricción del crédito y las dificultades para la captación de fondos se están haciendo insostenibles. Estos factores, junto a los efectos de la inflación, los problemas en las cadenas de suministro y un entorno económico de crecimiento moderado, hacen que muchas compañías se enfrenten a bajos crecimientos de sus beneficios, a presiones en los márgenes y a dificultades para asegurar su futuro. Entre los sectores en los que se espera una mayor actividad de reestructuraciones figuran el sector de retail y de consumo, el inmobiliario y el industrial.
En general, con un número cada vez mayor de compañías en dificultades, lo habitual sería ver una actividad de reestructuración impulsada por el sector bancario derivada de la renegociación bancaria. En cuanto a aquellas empresas que tienen deuda crediticia privada en lugar de deuda bancaria, prevemos que se tomen medidas más rápidas para resolver los problemas y que este enfoque más proactivo estimule una mayor actividad de fusiones y adquisiciones.
Las compañías que consiguieron garantizar una deuda de tipo fijo a tipos históricamente bajos durante la pandemia se están beneficiando de costes de financiación más moderados. Pero las que se enfrentan a un proceso de refinanciación o tienen deudas a tipo variable están notando el impacto de la escalada de tipos y necesitan tomar medidas. Las reestructuraciones para mejorar la capacidad de refinanciarse no son sólo financieras y se pueden presentar de diferentes formas. Por ejemplo, evaluar el portfolio para optimizarlo y mejorar el balance vendiendo partes de la empresa o realizar reestructuraciones operativas para mejorar la rentabilidad y reducir el riesgo.
En un futuro no muy lejano, el vencimiento de los préstamos con garantías en EE.UU. y Europa alcanzará aproximadamente los 250.000 millones de dólares en préstamos institucionales antes de 2026, de los cuales unos 200.000 millones vencerán en 2052. Si los tipos de interés se mantienen en los niveles actuales, es posible que las tasas de endeudamiento vuelvan a niveles bastante más altos. O, en un escenario aún menos favorable, las compañías que no sean capaces de refinanciarse podrían verse obligadas a reestructurarse. Además de las operaciones de refinanciación tradicionales, estamos observando un aumento de las adquisiciones de bonos a cambio de préstamos para asegurar tipos de interés fijos, así como ampliación de los plazos de vencimiento con los inversores existentes. Las empresas deben estar atentas a los riesgos de refinanciación. Las que tomen medidas tempranas para asegurarse fuentes de capital alternativas cuando se presenten oportunidades estarán mejor posicionadas para el éxito futuro.
Las operaciones de M&A en el mundo cayeron un 4% -en volumen- y un 12% -por valor- en la primera mitad de 2023 respecto al segundo semestre de 2022. Si hacemos la comparación con los primeros seis meses de 2022, las caídas son del 9% y del 39% respectivamente. En general, la actividad de M&A ha sido irregular en las distintas regiones y áreas geográficas por las diferencias macroeconómicas y de otros factores.
En la región de Asia-Pacífico, los volúmenes de operaciones cayeron aproximadamente un 8% en el primer semestre de 2023 en comparación con el segundo semestre de 2022, principalmente debido a la disminución de la actividad de M&A en China, Australia y Corea del Sur. En China, se espera que el levantamiento de las restricciones por el COVID-19 conduzca a una recuperación de la economía china, y se prevé que la actividad de fusiones y adquisiciones se recupere en la segunda mitad del año. Los mercados de M&A de Australia y Corea del Sur se han visto afectados por los desafíos macroeconómicos. Japón, sin embargo, ha visto una dinámica diferente, con bajas tasas de interés y baja inflación creando un entorno de inversión más estable; La actividad de fusiones y adquisiciones en Japón en el primer semestre de 2023* ha sido ampliamente consistente con el segundo semestre de 2022. Japón ha visto un creciente interés de los inversores extranjeros a medida que continúa la transferencia de riqueza de algunos de los grandes conglomerados. India también ha desafiado la tendencia global más amplia, con su mercado de fusiones y adquisiciones que se mantiene boyante y los volúmenes de transacciones aumentaron un 15% en el primer semestre de 2023* en comparación con el segundo semestre de 2022. Esperamos que el mercado de M&A indio se mantenga activo debido a una fuerte perspectiva de crecimiento económico, el interés de los inversores en el ecosistema de start-ups y un entorno empresarial estable.
En Europa, Oriente Medio y África (EMEA), los volúmenes de operaciones disminuyeron un 7% en el primer semestre de 2023 en comparación con el segundo semestre de 2022, pero se mantuvieron por encima de los niveles previos a la pandemia de 2019. Los valores de las transacciones disminuyeron un 25% durante el mismo período, principalmente debido a una disminución en el número de megaoperaciones. Factores macroeconómicos, mayores costes de energía y una caída en la confianza de los inversores afectaron tanto los volúmenes como los valores. Casi todos los países experimentaron una disminución en los volúmenes de operaciones en el primer semestre de 23* en comparación con el segundo semestre de 2022, aunque a Austria, Alemania, Italia y Suiza les fue mejor que a otros países de la región.
En la región de América, los volúmenes de operaciones aumentaron un 4% en el primer semestre de 2023 en comparación con el segundo semestre de 2022, pero fueron un 3% más bajos que en la primera mitad de 2022 (primer semestre de 2022). Los valores de las operaciones aumentaron un 2% (borrar y poner: se mantuvieron igual) en comparación con el segundo semestre de 2022, pero fueron un 36% más bajos que los niveles del primer semestre de 2022 debido a una caída significativa en el número de megaoperaciones.
El sector de tecnología, medios y telecomunicaciones ha sido el más activo en la primera mitad de 2023, y ha aglutinado el 26% de todas las operaciones en el mundo. Sin embargo, si hablamos de valor, los sectores de automoción y energía, electricidad y recursos naturales han liderado el ranking con el 25% y 21%, respectivamente, del valor total de los deals, con solo el 9% de las operaciones. El sector de energía, electricidad y recursos naturales sigue siendo muy atractivo para los inversores gracias a la transición energética y a medida que las empresas se comprometen con los objetivos de cero emisiones netas.
Somos optimistas, a partir de los síntomas de recuperación que estamos observando en el mercado, y confiamos que en la segunda mitad del año veremos más oportunidades de M&A más interesantes y transformadoras. Las actuales condiciones macroeconómicas van a seguir influyendo, sin duda, en la actividad, pero un contexto de tipos más estable hará que todo sea más sencillo para los compradores a la hora de determinar el precio de las operaciones. En nuestra opinión, las transacciones son, hoy en día, una palanca de crecimiento mucho más relevante de lo que eran en el pasado reciente, y los directivos van a seguir utilizando la actividad de M&A como una herramienta para reposicionar sus negocios, impulsar el crecimiento y generar resultados duraderos.
Pensamos que las compañías y grupos corporativos que cuenten con liquidez y estén buscando oportunidades estratégicas serán los triunfadores del mercado de M&A en lo que queda de año. Un mercado que estará dominado por las operaciones de tamaño medio del segmento middle market y por las desinversiones que impulsarán el pipeline de operaciones. Para los compradores, el acceso al capital será crítico, así como llevar a cabo procesos de due diligence más amplios y exhaustivos. Para los vendedores, estar preparados será la clave del éxito.